Ningún hombre ordinario
El Evangelio deja claro que el nacimiento de Jesús fue absolutamente único. Era el hijo de María, pero la concepción de Jesús se dio de manera milagrosa por el poder de Dios y no por la intervención de un hombre. Así que Jesús era ambos, humano (por ser hijo de María), y también el hijo de Dios. Interesantemente la Biblia dibuja una línea paralela entre Adán, el primero hombre creado específicamente por Dios y el Señor Jesucristo, la contraparte perfecta. Tal como Adán, Jesús fue una creación especial de Dios, el que triunfaría en dónde falló Adán. A menudo, Dios trabaja con patrones muy elaborados de esta manera por mucho que podamos encontrar patrones intricados y belleza asombrosa en el mundo natural también.
La naturaleza de Jesús
El linaje de Jesús a través de María es importante porque María esta en la línea familiar del Rey David del Antiguo Testamento, esto quiere decir que Jesús es uno de los descendientes de David. Esto es importante porque profecías claves de la Biblia han fijado que un día un hijo especial de David se sentaría en su trono en Jerusalén para siempre. Jesús es el cumplimiento de esas promesas del Antiguo Testamento hechas a David, así como la promesa hecha a Adán y Eva, Abraham, Moisés e Isaías.
Pero decir que Jesús es hijo de una mujer es solo la mitad de la historia. Jesús fue concebido por el Espíritu Santo poder de Dios, y por lo tanto también es el hijo de Dios. Esto es increíblemente importante, y lo diferencia de todos los demás que han vivido en la tierra. Jesús es el embajador de Dios y representante perfecto, y como su hijo está posicionado de forma única para reflejar, retratar y representarlo con precisión.
¿Qué significa este origen dual (hijo de Dios e hijo de una mujer) sobre su naturaleza? ¿Era algún tipo de semi dios: mitad dios y mitad humano? La Biblia es clara en este punto, Jesús es un hombre. Tomemos este verso, por ejemplo:
“porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre…”
(1 Timoteo 2:5)
Notemos como Pablo es muy claro en distinguir entre Dios y Jesús en este pasaje. Hay un Dios, y El tiene un hijo, el hombre Cristo Jesús. Hay muchos pasajes que hacen un punto similar.
Tentaciones reales
El hecho de que Jesús sea un hombre quiere decir que durante el inicio de su vida estuvo sujeto a los mismos retos y tentaciones que enfrentamos.
Se cansaba, justo como nosotros. Le afectaba el dolor físico como a nosotros. Envejecía como nosotros. Poseía la misma naturaleza tentadora, corruptible y moribunda que nosotros poseemos:
“Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.”
(Hebreos 4:15)
Esto es muy importante pues hace la victoria sobre el pecado y su negativa a ceder a la tentación es más sorprendente y relevante para nosotros. Una de las cosas más únicas sobre Jesús es que, a diferencia de nosotros, no pecó. Si fuera inmune al dolor y debilidades entonces no hubiera sido tentado de la misma manera en que nosotros lo somos, y el hecho de que no cometió ningún pecado sería poco interesante para nosotros porque no podríamos identificarnos con ello.
Si victoria sobre el pecado – el hecho de que siempre dijo “¡No!” a ponerse a el primero e ir por su propio camino – es tan impresionante y notorio precisamente porque peleó la misma lucha que nosotros y se negó a ceder. Siempre fue capaz de hacer decisiones correctas, y al mismo tiempo tiene simpatía por nosotros en nuestra debilidad porque sabe lo difícil que es enfrentarlas.
Cuando Jesús era completamente humano (es decir, no era “Dios” o “un dios”), también era más parecido a Dios de lo que nosotros lo somos (como el mismo dijo, “yo de Dios he salido y he venido” (Juan 8:42 RVR) – ¡nadie de nosotros podría decir eso en el mismo sentido que Jesús!). Una simple analogía de herencia pueda tal vez ayudarnos aquí. Los humanos generalmente heredan rasgos de ambos de sus padres, y si pensamos en esa noción en el contexto de Jesús, haría sentido asumir que tiene parecido a ambos, su madre y su padre.
Hijo de Dios
Pueda que sea difícil determinar con precisión lo que eso quiere decir (en el deseo humano natural por explicar debemos ser cuidadosos de no decir más de lo que la Biblia dice), hay algunas conclusiones que podemos sacar. Ya hemos sacado una de la Biblia – que, a pesar de su origen dual, Jesús es completo humano en términos de la esencia de su naturaleza. Sin embargo, probablemente también heredó rasgos de su padre. Sabemos que le hablaba a su padre regular y directamente, y el probable que tuviera un sentido moral y espiritual más evolucionados y penetrantes y un gran amor por lo divino como el hijo de Dios de lo que normalmente es el caso para nosotros. También sabemos que Dios le dio poderes que nosotros simplemente no poseemos, para realizar milagros y para saber lo que otras personas estaban pensando. Había por lo tanto atributos muy únicos a Jesús, aunque no sobrescriben la realidad de su completa naturaleza humana.
Aunque la Biblia no lo dice en muchas palabras, esta influencia divina probablemente jugó un rol importante en permitir que Jesús llevara a cabo su misión, vivir una vida sin pecado, y ofrecerse a si mismo como sacrificio por el pecado. Aunque podamos pensar que teóricamente posible un ser humano pudiera vivir una vida perfecta sin pecado, sabemos que, en la práctica, esto nunca ha sucedido, ni sucederá. Jesús era humano, pero también era el hijo de Dios. Era capaz de ganar una batalla en la que nosotros repetidamente fallamos – y podemos decir esto sin minimizar de ninguna manera su lucha.